jueves, 5 de abril de 2018
El inicio de la primavera es una muy buena época para capturar grandes peces. Las grandes hembras de black bass se acercan a las orillas para alimentars bien de cara a la freza. Aún asi, es una época dura por los cambios atmosféricos que tan pronto nos dan jornadas increíbles como nada. Tampoco debemos esperar una gran cantidad de capturas pero sí calidad.
Para la primera salida primaveral decidimos ir a pesar de saber que tanto en ríos como en embalses las aguas estaban muy turbias. El pantano en cuestión estaba alto pero sus aguas ligeramente tomadas. No pintaba mal. Sin embargo, tras la primera hora pescando nos dimos cuenta de lo difícil que sería la jornada. Se veían alburnos pululando por las orillas pero cero ataques. Un buen bass siguió mi streamer y lo atacó con desgana fallando al clavar indicándonos la actitud de los peces durante ese día.
Más adelante justo antes de comer, mientras peinaba una buena zona, mi padre se acerca, me toca el hombro y me dice tranquilo que ahora vamos a pescar uno cada uno. Al segundo un bass sale de la nada y en la misma orilla en el momento de volver a lanzar ataca con furia el streamer dejándome de piedra. Lástima que no se clavase. Mi cara era un poema a lo que mi padre me dijo ves te lo dije. Este hombre debería echar la bonoloto pensé jajajja.
Ya de vuelta en una buena zona que no habíamos pescado por la mañana decido lanzar a unas ramas que sobresalían y me daban buenas vibraciones. Empiezo a trabajar el jerky haciendo mover su dragon tail de manera nerviosa. Al segundo tirón veo una panza aparecer y atacar. Falla y me digo no puede ser..... que día. Decido seguir pues sabía que no se había pinchado y por su manera de atacar tenía hambre. Repito la operación y a mitad de camino tras una pausa bummmm. Clavo con fuerza y empiezan las acrobacias y tirones. Una vez derrotada no pude dejar de admirar a éste muy buen ejemplar y tras unas fotos devolverlo al agua para que en breve pueda llevar llevar a cabo la freza.
