Hace poco inauguramos, mi padre y yo, la temporada truchera con una magnífica jornada. Nis dedicamos a provocarlas con streamers pesados pues el caudal era muy fuerte. Si no ajustamos bien el lastre nos será imposible hacer trabajar los streamers en la capa de agua correcta o entre las corrientes.

Con los streamers la diversión está asegurada. Además, nunca se sabe si nos encontraremos con la trucha de nuestra vida. Una de esas viejas y grandes pintonas que no saben decir que no a un bocado tan apetitoso.

Desde hacía tiempo tenía localizada una zona de esas. Típico desnivel sobre el agua lleno de buenos cantos rodados. Imposible de bajar sin acabar en un tobogán rodando junto a miles de piedras hacia el agua.

Pero esta vez decidí intentar llegar hasta allí vadeando por la orilla. Llegue al borde y subido como pude sobre las rocas de la orilla pude visualizar varios buenos barbos. Pero éstos no estaban por la labor pues me habían visto previamente. Decidí quedarme como un espantapájaros esperando hasta que a lo lejos muy orillado apareció. Iba metiendo su gran hocico por entre las rocas buscando cangrejos de manera activa. En cuanto se puso a tiro, le lance una buena ninfa y la reacción no se hizo esperar. De primeras se fue a la superficie buscando un buen hopper pero al darse cuenta de que no había nada bajó su cabeza y se encontró de lleno con la ninfa cayendo. Se fue como un rayo y la engulló.

El primer arreón fue bestial. Yo intentando ajustar el freno y a la vez mantenerme en equilibrio sobre los pitos. Me tocó caerme varias veces manteniendo la caña y todo en perfecto estado.

Finalmente logré derrotarlo y hacerme con esta belleza de animal.