Viendo las malas previsiones de tiempo para este fin de semana, me decidí por hacerme unos kilómetros de más e ir por tierra de conquistadores. Según los meteorólogos la zona sería un oasis en el desierto de mal tiempo. Al bajarme del coche pude ya comprobar quel el viento era más fuerte de lo esperado, así que tuve que cambiar de planes e ir hacia otra zona más protegida del viento.

Una vez preparado todo empecé a andar y andar sin ver ni un sólo barbo, solamente vi una carpa, lo que me mosqueó bastante. Metros y metros de orilla hasta que por fin en una punta de poca profundidad vi unos barbetes de buen tamaño. Los observé y me decidí por el que parecía más activo cazando. Le puse la hopper Juan en su trayectoria y zas carrerón. 

Justo en la orilla de enfrente vi a otro mosquero y cual fue mi sorpresa cuando se trataba de Carlos ( creador de http://pescarlitos.blogspot.com.es) al que tuve el gusto de conocer y charlar un rato. Todo un placer conocerte Carlos.

La mañana seguía poniéndome las cosas difíciles tenía que afinar mucho. El viento no dejaba lanzar nada bien y los barbos no es que estuvieran muy activos. Aún así, pude clavar otro buen ejemplar que se paseaba alejado de la orilla y al que el plof de mi imitación en los morros le hizo despertar y subir a zamparsela.

La mañana siguió de la misma manera kilómetros recorridos y barbos recelosos. Este estaba comiendo orillado y tuve que presentarle la hippie stomper en su punto de visión y posteriormente darle un tironcito para que se abalanzara sobre ella.

Los siguientes fueron saliendo con la técnica del insectazo o plof. Costaba bastante pues mostraban mucha más actividad en el fondo. Y estoy seguro que con ninfa hubiese sacado muchos más pero la espectacularidad de ver al barbo subir a superficie merece más la pena.

Al final del día, me fui algo "picado" ya que el cansancio hizo mella y perdí la cuenta de clavadas falladas unos porque me anticipé y se lo quite de la boca y otros dos porque no me di al clavar y partí. En fín, gafes del oficio.