Al bajar del coche vi que las nubes no me dejarían ver correctamente pero por suerte el viento esta vez estaba apaciguado. En cuanto empecé a pescar apenas veía barbos orillados 1, 2, 3...... Y así caminando y caminando el pesimismo empezó a rondar mi cabeza.
Ya de vuelta, en torno a las 8, todo cambio. Los barbos empezaron a cebarse arriba en gran número. Yo llevaba mi emergente de quironomido pues sabía que aquí no se andan con medias tintas. Y empecé a cazarlos buscando sus cebadas y aletas. No era fácil pues la mayoría lo hacían alejados de la orilla y era imposible ponerles la mosca. Aún así me centré en los que más se acercaban y así logre el primero, vi la cebada, pronostiqué la dirección, y subió.......madre mía me dio tanta alegría como pescar 5 en otro lugar.
Ya con la emoción seguí y en una zona de playa llego el segundo de la misma manera
Con la alegría de las capturas me dejé mis alicates desanzueladores en el pantano...........A comprar otro :-(
Ya antes de llegar al coche clavé el tercero. Pero partió sabía que tenía el bajó muy tocado pero no tenía tiempo para cambiarlo así que me la juegué y perdí.
Ya a las nueve y pico toco recoger y volver a casa con una sonrisa de oreja a oreja
:-)
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