Esta jornada fue una de esas que nunca olvidas. Desde que llegamos al pantano vimos bastante actividad y no tardaron en salir las primeras. Atacaban al streamer con bastante ansia muchas veces no le dejaban ni caer al suelo.
Otras veces, había qu moverlo a pequeños tirones y en cuanto lo veían o detectaban se abalanzaban sobre el. El backing no hacia nada mas que correr y correr. Incluso hubo alguna que casi saca todo el trenzado pese a tener el freno a tope.
Mi padre también disfruto capturando una gran común, que le llevo lo suyo sacar.
Al enfrentarse a estos peces no solo hay que añadir la fuerza sino también el peso y la resistencia que ejercen en el agua cuando ya los traes.
Al acabar la jornada terminamos con el brazo hecho trizas, pero con una sonrisa, pues no siempre se junta productividad y calidad en una misma jornada de pesca.